Suelo dar consejos a la gente…no me molesta escuchar los problemas de otros. A veces necesitamos que otra persona nos diga lo que debemos hacer. En Cuento I, Patronio tiene una colección vasta de experiencias que ayudan al conde. Se dice que él que tiene la experiencia es siempre más grande que él que tiene un argumento. ¿Quién es tu mejor consejero?
Últimamente estoy aprendiendo cómo rendirme a la dirección del Espíritu Santo. Jesús se describe en Isaías 9 como ‘consejero,’ el Espíritu se llama la misma en Juan 17, y es el que nos guiará a toda la verdad, y nos dirá las palabras del Padre. A veces es difícil comprender que a Él le importa lo que hago—aun hasta la hora de acostarme. Pero eso es un indicio del cariño que tiene para mí. Estar aconsejado requiere cierta humildad: reconocer que no sé todo, y que el corazón del Padre es para mi bienestar. No son reglas, sino el privilegio de andar mano en mano con mi Creador, cuyos pensamientos a cerca de mí y vosotros suman más que los granos de arena.
Los sabios son los más enseñables, o para parafrasear don Juan, los que escuchan buen consejo tienen el éxito. Os desafío a que pidierais al Espíritu de Dios por una cosa que hacer cada día y pensar obedecer lo que oís. Será una aventura grande.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment