Thursday, March 26, 2009

La vejez

Las residencias para ancianos siempre me han interesado. Siento un distinta compasión cuando visito a una de estas residencias, y bastante raro es que no viene del ambiente melancólica que parece agobiar el lugar, sino del silencio profundo que veo en las caras arrugadas de la gente pegada a las sillas de ruedas. Da el sentido de que ni piensan, ni creen, ni sienten, ni tienen espíritu, ni alma, ni mente. Unas experiencias mías:

Waco, Texas: mi amiga y yo empecé a hablar con el anciano que lleva grandes gafas de sol. Al darse cuenta de que él no nos espanta, dos punks jóvenes, charlar con un anciano, su expresión se animó y la media hora que iba a seguir contó la historia directa del tornado que sopló por el centro de Waco en los cincuenta.

Ciudad Juárez, México: una anciana, arrugada, frágil y de estatura muy breve, se sentaba al otro lado de la sala. Nos observaba con curiosidad, de vistacitos que rompió su mirada fijada en las manos secas que cayeron en las rodillas. La acerqué con otra amiga mía y hablamos con la mujer preciosa, quien se inclinó y me señaló que le tendría que hablar con la boca casi directamente en la oreja. En español lento y alto, le dijimos de su identidad en Cristo como hija amada del Padre, oramos para ella, y le dimos unas palabras de conocimiento sobre su vida que complacía mucho a Dios. Lloró sonriendo y pidió una Biblia porque no tenía nada que leer.

Hay que comprender que los ancianos quietos y callados sí son seres humanos que sienten, saben, aman y creen todavía. Y a veces son tesoros de sabiduría.

Tuesday, March 17, 2009

El beso

Luis de Góngora, en su poema La dulce boca, que es una advertencia a los amantes fervientes que tengan cuidado con el beso peligroso, logra ilustrar el beso con una belleza poética. Pero cuando analizamos el beso, se da cuenta de su rareza. No me quiero profundizar en los mecanismos del beso por temor a robarlo de su naturaleza romántica, pero realmente vemos unos de los dos partes más sucias del cuerpo humano—el mismo orificio que masca la comida, que emite el mal aliento, que eructa—unidas y compartiendo un jugo digestivo. Bueno…nadie debe pensar en eso. Quizá es esa misma calidad asquerosa del acto que al compartirlo con otra persona, dice que lo amas tanto que incluso su saliva no te da asco.

En todo caso, el beso sí es una forma muy íntima de comunicar. Distinto de hablar, dos personas pueden entenderse a la vez. Por mi parte, quiero esperar hasta el día de matrimonio para mi próximo beso. En el pasado no tenía tal convicción, pero ahora quiero protegerlo como un regalo para mi esposa futura—algo que vale mucho a causa del esfuerzo que tomaba para guardarlo. Sí, va a ser un beso torpe y sin mucha elegancia, pero nos habrá toda la vida para perfeccionarlo. Y a veces las cosas incómodas en la vida son las más románticas.

Thursday, March 5, 2009

¿Sano o cuerdo don Quijote?

Me interesa el tema del despertar en la historia de don Quijote. La descripción detallada de su menú semanal al principio del cuento introduce la regularidad cotidiana de su existencia. Es el aburrimiento total de la vida del campo. Entonces empieza don Quijote a leer, y encuentra en los libros de caballería algo que le despierta el corazón. Piensa que él también está hecho para la vida honorable de un caballero. Se consume las historias ricas del pasado. Le cambian el modo de pensar y ver al mundo. Aun decide cambiar su nombre y realizar su sueño de ser caballero, transformándose en la figura famosa a quien conocemos.

Siento un despertar semejante en mi vida. No sabía antes que había tal profundidad en la fe cristiana…no sabía que Dios me quería llamar ‘hijo amado’…que mi destino fue cambiar el mundo…que todavía se oye Su voz hoy en día…y que su poder todavía puede curar los enfermedades (y por supuesto que todo eso es para cada uno de sus hijos). He abierto un libro que me despertó la identidad verdadera. No soy quien fui—Jesús me ha transformado.

El sueño de don Quijote parece una ilusión: lucha contra monstruos que no se ve, etc. De la misma manera me fijo en lo que no se ve. Somos partes de una historia más bella que lo que simplemente vemos con los ojos, si sólo nos despertaríamos.

Monday, March 2, 2009

La princesa ideal...

Al intentar seguir la tradición quijotesca, lo encuentro difícil imaginar la mujer ideal sin que se conozca uno a si mismo. Supongo que volveré a mi primer entrada sobre quién soy yo para entender quién será ella.

Primero, la regla que no se puede violar: tendría que ser absolutamente consumida por el amor de Dios y apasionadamente dedicada a ver avanzado Su Reino. Si no tuviéramos nada más en común, ella todavía poseería lo ideal.

Además a eso, si más puedo pedirle, una música sería, y bilingüe o más. Su sentido de humor subiría a veces al nivel del ingenuo agudo, pero florecería con lo ridículo, siendo maestra del mal juego de palabras. No erudita, pero culta (distinción muy minúscula pero importante) y encantada con viajar el mundo. Idealmente sabría cocinar como arte, pero si no, aprenderemos juntos. No pierdo tiempo con las apariencias físicas específicas, temiendo que mi esposa futura tropiece con mi blog, quien sin duda será la más hermosa del mundo.

Tal princesa ya sentiría el peso de parámetros tan estrictos, pero le gustaría saber que además ella sería un poco ruidosa, y le permitiría yo hablar mucho. Es que a veces soy callado, y me encantan las chicas algo expresivas y locas. Romántica sería, pero no melodramático. Me perdonaría todos mis defectos, y yo a ella (aunque el amor cegaría cualquier).