Monday, February 16, 2009

La rosa...

Recientemente se cortaron las rosas que rodean la parte de atrás de Brooks College. Me sorprendí al mirar el jardín desnudo, las plantas habiéndose cortado hasta el terreno. La masacre de las rosas, lo llamamos. Me acuerdo de un verso de una canción de Namesake que dice “esto es por las almas que ha robado el enemigo, esto es por Su novia y su llamado poderoso.” (Os prometo que todo esto se relata de alguna manera)

Lo que deduzco del Soneto XXIII de Garcilaso es que no entendemos nuestra hermosura. El enemigo nos ha masacrado por medio de mentir a cerca de nuestro aspecto personal, y por eso nuestro valor innato. Mientras pensemos que hay que aprovechar la juventud, el diablo piensa cortarnos como las rosas que mencioné. Huimos a las otras personas para ser aceptados, y no a Dios.

Mi generación necesita saber que “…el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos…” (Sofonías 3:13). Especialmente las chicas. Como los santos formamos la novia de Cristo, y Él nos llama a trasformar el mundo—un llamado poderoso: preparar el camino para Su vuelta y obtener la justicia por lo perdido. Pero si no nos vemos como los hijos y hijas reales del Rey, amados intensamente y dotados de poder, no somos más que rosas cortadas y productos de la masacra—¡Pero Cristo ha vencido a la muerte!
¿De quién es usted?

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