La soledad es algo que valoro mucho. Aunque no soy un introvertido extremo y no hay ocasiones más divertidas que cuando paso tiempo con mis amigos increíbles, el tiempo pasado sólo en el cuarto o cuando conduzco a mi cuidad natal es terapéutico y relajante. El “mundanal ruido,” como dice Fray Luis de León, empieza a pesar en los hombros del alma.
Jesús entendía esto bien. Marcos 1:35 dice “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.” Salió a estar sólo. Pero no estaba sólo, sino que escapaba con un amigo—en este caso el Padre Celestial. Jesús entendía que crecer en su relación con el Padre le dejaría permanecer con Él durante el día, y así podría hacer ‘solamente lo que veía que su padre hacía.’ El noche anterior, Jesús había sanado a todo un pueblo, y aún se levantó temprano a pasar tiempo con Dios, sólo.
Un anhelo profundo de Dios es pasar tiempo con nosotros. María hizo la cosa ‘mejor’ cuando se encontró a los pies de Jesús, escuchándole. Una vez oí a un pastor sugerir que la gente apague el radio mientras maneje, dejando el ‘mundanal ruido,’ y escucha a la voz de Dios. Era la primera vez que me enteré que Dios habla. Pronto le oí por primera vez. Ahora paso tiempo con Jesús cada día, y os prometo, no hay nada más agradable en todo el mundo que estar con Él.
Thursday, February 19, 2009
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
Si no podemos disfrutar de nuestra soledad, no podemos disfrutar del tiempo que pasan con nuestros amigos. Creo que no podemos vivir sin la soledad.
ReplyDeleteTampoco sin Dios?
I am so bad at Spanish now.
lol bro eso fue español casi perfecto! No creo que hayas perdido tanto como dices..
ReplyDeletepero tienes razón...algunos creen que somos creados para uno o el otro, pero en realidad se necesita los dos, ¿eh?